martes, 17 de marzo de 2009

Cine y deporte: Carros de fuego.

Chariots of Fire (también conocida como Carros de fuego y Carrozas de fuego) es una película británica de 1981. Escrita por Colin Welland y dirigida por Hugh Hudson, y basada en la historia real de los atletas británicos preparándose para competir en los Juegos Olímpicos de París 1924, la película fue nominada a siete Premios Óscar, y ganó cuatro, incluyendo el Oscar a la mejor película, mejor guión original, mejor banda sonora y vestuario.

Es la única película con un argumento relacionado con el deporte que ha ganado un premio Oscar.

Os dejo un vídeo en el que se ve la secuencia que más me gusta y en la que suena de fondo la canción más conocida de la película. Por cierto, la banda sonora es de Vangelis. También podéis ver otro vídeo con un resumen de la película.

Está película no debéis perdérosla.




Más información: Carros de fuego.



jueves, 12 de marzo de 2009

Sepak takraw: Espectáculo.


Sepak takraw (pronunciado preferiblemente AFI: [sepak takro]) (voleibol de puntapié, o simplemente takraw) es un deporte nativo del sudeste de Asia, parecido a voleibol, excepto que el takraw utiliza una pelota de ratán (especie de caña) y sólo permite a los jugadores utilizar sus pies y la cabeza para tocar el balón. Una especie de cruce entre el fútbol y el voleibol, es un deporte muy popular en Tailandia, Camboya, Malasia, Laos e Indonesia.
Increíbles saltos, buen control de la pelota y excelente flexibilidad de los jugadores. Un deporte no apto para todos los públicos. 






Aquí podéis leer la historia y reglamento de este espectacular deporte. Enlace.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Apuntes: segunda evaluación

Ya podéis descargar los apuntes de la segunda evaluación. Recordad que los apuntes podrás verlos si tiene el programa Adobe Reader. En caso contrario, debes descargarlo (descarga de Adobe Reader) e instalarlo en tu ordenador.

Forma de descargar los apuntes:
  1. Haz clic sobre los temas a descargar.
  2. Se abrirá una ventana.
  3. Pincha en el botón "Download".
  4. Abre o guarda el archivo en tu ordenador.
  5. Imprímelo.
1º E.S.O. (1 tema)
2º E.S.O. (2 temas)
3º E.S.O.

Artículo de opinión: Vacaciones Santillana - José María García Linares

Vacaciones Santillana



Es alentador comprobar, para un docente, el altísimo grado de implicación que la sociedad y el Estado españoles están demostrando en las últimas semanas en materia de educación. Qué orgullo al abrir los periódicos y encontrar todo el debate reducido a la lucha Religión/Educación para la Ciudanía, o lo que es lo mismo, como siempre en estas tierras, Partido Popular/Partido Socialista (o estás con nosotros o estás contra nosotros), o encontrarlo también centrado en el largo periodo vacacional de los profesores y los alumnos. Sí señor. Cuestiones de primer orden. Eso es lanzarse a la piscina, nunca mejor dicho, y empaparse hasta las cejas.
Qué rabia me daba de pequeño ir al colegio. No era yo como estos niños postmodernos de hoy en día que se aburren en sus casas y están locos por ver a sus amiguitos en el recreo. No. Yo, en caso de verlos, prefería hacerlo en el parque, en el Club o en la playa. Al aire libre, en grandes espacios, corriendo, saltando y sin muros ni verjas ni señores mayores que te contaban lo mismo que podías leer en esos libros, salvo contadas excepciones que lograban captar tu atención y llevarte de aquí para allá en un viaje fascinante. Cuando llegaba el mes de junio, ya tenía esa cosilla en mi estómago cada vez que veía el cielo azul o sentía esa luz melillense tostadita en el cogote al pasear por la Avenida. Olía a verano, a paz, a felicidad. En los escaparates, esos cuadernillos espantosos de Santillana para repasar y divertirse (por Dios) en julio y agosto. A mis hermanas y a mí no nos hacían falta, que ya estaban nuestro padres poniéndonos todos los días cuentas y copias, para que no se nos secara, a pesar de los chapuzones, la mollera.
El pasado día cinco de febrero el diario El País publicaba un artículo titulado Demasiadas vacaciones en donde se criticaba no sólo las de los profesores, sino también el poco número de días lectivos de los estudiantes. Algunos proponían ahí alargar el final del curso, otros adelantar su comienzo y, como telón de fondo, el problema que tienen los padres actualmente para conciliar su vida laboral con la familia, al parecer responsabilidad de los centros y no de sus empresas, esto es, qué diantres hago con la niña-molestia cuando le den las vacaciones. ¿A dónde la mando? Y leía yo estas argumentaciones mientras hacía la cola en el Ayuntamiento para recoger un certificado. De cuatro mostradores, sólo funcionaba uno. Hay que ver lo que tardan en servir los desayunos en las cafeterías.
Las vacaciones de nuestros jóvenes son distintas a la de los chicos y chicas de otros países, algo evidente porque aquí no se puede tener a treinta estudiantes metidos en un aula sin cortinas y sin aire acondicionado a finales de junio. El calor es insoportable. Comparar esta situación con la finlandesa o la sueca es poco provechoso. Pero es que a principios de septiembre la temperatura, al menos en el sur de España, es igual, agobiante. Los que piden adelantar el comienzo al día uno del mismo mes olvidan también que en esas fechas están los exámenes de recuperación y que las plantillas de profesionales están incompletas. Lo que escuece de todo este asunto es que el debate haya saltado nuevamente a los medios por motivos que nada tienen que ver con la enseñanza. Las familias quieren tener los centros más tiempo abiertos para tener allí aparcaditos y cuidaditos a sus criaturas (que, curiosamente, son suyas. Algunos lo olvidan). Y digo aparcados porque da igual que aprendan más o menos (casi nadie trae la tarea hecha), que no haya ordenadores, que haya saturación, que las ratios sean elevadísimas, que falten recursos de todo tipo. Lo que importa, lamentablemente, es que estén allí vigilados porque así no estarán fuera, solos, de ahí la propuesta de varias CCAA de tener los colegios e institutos abiertos por las tardes, o casi de madrugada. La docencia tiene una función fundamental y valiosísima, si se deja ejercerla: la de enseñar. Todo lo que se salga de ese marco no es tarea de los docentes.
Tal y como se están poniendo las cosas, un alumno puede llegar a su colegio a las siete de la mañana, en régimen de acogida temprana, recibir sus seis horas de clase, comer a las dos y media y realizar las actividades extraescolares hasta las seis de la tarde, supuestamente controlados por personal distinto al de los profesores, nos dicen los expertos. Esto huele a podrido. Todos estos pedagogos, presidentes de no sé qué, coordinadores de no sé cuánto que, o están liberados o no han dado clase en su vida, ¿no tienen nada que decir sobre el hecho de tener a un chico encerrado diariamente casi doce horas en un centro? La solución a los problemas sociales no la tiene en exclusividad la escuela. ¿El Estado no va a hacer nada para que los empresarios flexibilicen los horarios y turnos de sus trabajadores, para que puedan disfrutar de sus hijos? Ya está bien de echar sobre la enseñanza todas las responsabilidades sociales. A este paso, en cinco años, estaremos presentes en los partos para registrar la llegada de un nuevo alumno y evitar el fracaso neonato y el absentismo en las incubadoras.


Fuente: Blog "Periódico en el café". Por José María García Linares (11/02/2009)

 

Acerca de... Juanjo Vilar

Juan José Vilar Abellaneda

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

Profesor en el I.E.S. Francisco Ros Giner - Lorca / Murcia



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