Hace ahora 30 años, la norteamericana Joan Benoit Samuelson ganó la primera maratón olímpica en su modalidad femenina durante la celebración de los Juegos Olímpicos de verano de los Ángeles en 1984. Además de esa victoria, si hay una imagen que quedará guardada en los anales del deporte es la entrada al estadio y la vuelta final al mismo, de otra competidora en esa misma prueba. Esa atleta es la suiza Gabriele Andersen-Shiess. Con una gran deshidratación a causa del calor y la humedad durante el desarrollo de la prueba, consiguió llegar a la línea de meta, no sin sufrir lo inimaginable. Tardó más de cinco minutos en realizar esos últimos 500 metros.
Impactante. La superación.
Fuente: RunnersWorld